Cuando meditamos, inyectamos beneficios duraderos y de largo alcance en nuestras vidas: reducimos nuestros niveles de estrés, llegamos a conocer nuestro dolor, nos conectamos mejor, mejoramos nuestro enfoque y somos más amables con nosotros mismos.
Meditación es un término general para las muchas maneras de un estado de relajamiento. Hay muchos tipos de meditación y de técnicas para relajarse que tienen componentes de la meditación. Todos comparten el mismo objetivo de lograr la paz interior.
Los tipos de meditación
Meditación guiada. A veces se la llama imágenes guiadas o visualización, con este método de meditación formas imágenes mentales de lugares o situaciones que te relajen.
Meditación con mantra. En este tipo de meditación, repites en silencio una palabra o una frase calmante para evitar pensamientos que te distraigan.
Meditación de consciencia plena. Este tipo de meditación está basado en la consciencia, o tener una percepción agudizada y aceptación de vivir en el presente.
Qi gong (CHEE-gong). Esta práctica generalmente combina la meditación, la relajación, el movimiento físico, y ejercicios de respiración para restaurar y mantener el equilibrio. Qi gong es parte de la medicina tradicional china.
Tai chí. Esta es una forma suave de las artes marciales chinas. Se hace una serie de posturas o movimientos a tu ritmo y en una manera lenta y llena de gracia mientras practicas respiración profunda.
Meditación trascendental. Es una técnica simple y natural. En la meditación trascendental, repites en silencio y de una manera específica un mantra que te dan personalmente, como una palabra, un sonido o una frase.
Yoga. Realizas una serie de posturas y ejercicios controlados de respiración para promover un cuerpo más flexible y una mente calma. Al realizar posturas que requieren equilibrio y concentración, te ves estimulado a enfocarte menos en tu día ocupado y más en el momento.
¿Sabes cómo practicar la meditación en tu día a día? Es muy fácil…
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Respira profundamente.
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Concentra toda tu atención en la respiración.
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Haz un escaneo de tu cuerpo.
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Combina el escaneo del cuerpo con ejercicios de respiración e imagina inhalar y exhalar calor o relajamiento hacia partes de tu cuerpo y de ellas.
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Repite un mantra. Puedes crear tu propio mantra, ya sea religioso o no.
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Camina y medita. Combinar un paseo con meditación es una manera eficiente y saludable de relajarte.
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Reza. La oración es el ejemplo de meditación más común y que más se practica.
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Lee y reflexiona.
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Puedes escuchar música sacra, palabras grabadas, o cualquier música que te relaje y te inspire.
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Concentra tu amor y tu gratitud. Cierra los ojos y usa tu imaginación, o mira representaciones de la imagen.
Cuando tu te sientes bien lo transmites, y el estado de paz y alegría que nos regala esta práctica se contagia en el entorno. La meditación nos ayuda a conocernos y por lo tanto, a aprender a amarnos.
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1 comentario
La meditación, para mí, se ha convertido en un refugio tranquilo en medio del ajetreo diario. Es más que simplemente sentarse en silencio; es una práctica que ha demostrado inyectar beneficios duraderos y profundos en mi vida. Al sumergirme en momentos de meditación, he experimentado una reducción significativa en mis niveles de estrés. Es como si cada respiración consciente actuara como un bálsamo para el caos que a menudo rodea mi día a día.
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